Jesucristo nos dejó su ejemplo en todo, incluido el bautismo. Él tuvo
que ser bautizado, aunque él no fue pecador, por la justicia de Dios tuvo que
darnos ejemplo y pautar la verdad, así que en su bautismo encontramos varios elementos
que rigen el bautismo bíblico.
El bautismo de Juan era uno de llamamiento al arrepentimiento, igual lo
es el bautismo bíblico, tiene como requisito principal el arrepentimiento.
El bautismo fue en agua, igual el bautismo cristiano, debe ser por la inmersión
en agua.
En el bautismo de Jesucristo, Dios mismo da su voz de beneplácito y
declara a Jesús como su Hijo y manifiesta el Sello de el Espíritu Santo. De
igual forma pasa con el bautismo bíblico, al ser bautizado un pecador arrepentido, por el bautismo recibe
el perdón de los pecados, y Dios le reconoce como su hijo dándole el sello de
el Espíritu Santo.
En la escritura
encontramos algo singular y es que discípulos de Juan que habían sido ya
bautizados por el profeta, tuvieron que ser bautizados en el nombre de
Jesucristo para perdón de sus pecados, porque el bautismo de Juan aunque era de
arrepentimiento no proveía de el perdón de los pecados.
El bautismo que la iglesia ofició, según el testimonio de Hechos es en el nombre de Jesucristo y para perdón de los pecados, y como requisito requiere el arrepentimiento del candidato al bautismo, en el cual Dios provee
al hombre comunión con el a través de el Sello de el Espíritu Santo.
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2:38
El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo . 1 Pedro 3:21