LAIKOS RADIO

miércoles, 20 de marzo de 2013

¿Nos congregamos para lo mejor o lo peor?



Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor
1 de Corintios 11 : 17




El congregarse debe ser para lo mejor y no para lo peor. El problema contemporáneo es que las personas confunden el significado de los términos: Iglesia, Congregarse y Templo, entre otros. Lo cierto del caso es que  no podemos "ir" a la Iglesia,  sencillamente porque somos Iglesia. Podemos congregarnos como creyentes para obras buenas, para la consolación y para la edificación, sin que medie un punto específico, ya que Dios está en todas partes; lo importante es lo que desarrollamos como cuerpo de Cristo. No podemos perder tiempo en construir edificios, y mucho menos adornarlos como si estos fueran sagrados, ya que el templo de Dios lo somos nosotros, (nuestro cuerpo), así que el requisito para congregarnos es entender que donde están dos o tres <congregados> ahí está Dios en testimonio de beneplácito y para manifestar los dones del Espíritu para la edificación necesaria de los creyentes . No como lo quieren hacer los que tienen una corporación terrenal que llaman erróneamente : Iglesia. Estos usan de pasajes de las Escrituras, sacándolos del contexto doctrinal, para manipular el deseo de los creyentes de ser mejores en Dios, usándolo en favor de la organización terrenal, que de paso nada tiene que ver con La Iglesia del Dios Vivo; y que en tristemente la mayoría de los casos, se prestan para sacar dinero a todo cuanto puedan, desvirtuando verdades bíblicas, y así desviando a los creyentes a creer herejías sobre liderazgo, jerarquías y otras necedades de la carne. En Cristo todos somos constituidos en real sacerdocio y nación santa y es La Unción que posa sobre cada creyente la que le enseña. El pastor es Cristo, el Guía y Consolador el Espíritu Santo, el único que llama y Salva es Jesucristo. Lo demás, los edificios, los estrafalarios sueldos de auto-nombrados líderes, las celebraciones de días, meses, personas etc., son solo mecanismos de una religión humana, la cual está bajo el juicio de Dios. Para ser Iglesia, se necesita haber sido llamado por Dios al arrepentimiento a través de la Palabra por el Espíritu de Dios. Consecuentemente nacer de nuevo en Cristo a través de la Regeneración, en el bautismo de agua y del Espíritu. Cada miembro de la Iglesia de Cristo, esté donde esté, es un representante fiel de la Iglesia de Jesucristo, y no solo durante unas horas en un edificio determinado, como se intenta hacer creer. Somos Iglesia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.