Porque yo
sé que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses.
Salmos
135:5
En esto
conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha
venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual
vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo. Hijitos,
vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del
mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos
oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad
y el espíritu de error.
1 de Juan
4: 2 – 6
En la
antesala de su famoso discurso sobre el amor, Juan, hablando a la Iglesia
universal de Jesucristo, nos recuerda que Dios es mayor que toda circunstancia
y que todos aquellos hombres que son recipientes del espíritu del anticristo.
Como un
contraste sobre nuestro deber de amar, el apóstol nos recuerda que en Cristo ya
hemos vencido a los hombres que no solamente se oponen contra nosotros, sino
que nos atacan. Ante tal escenario la respuesta de Juan: Mayor es Dios, y este
está en vosotros.
Habla el discípulo amado, de que el mundo
también tiene un espíritu que les mueve, pero Dios es mayor. Ese espíritu del
anticristo, se rebela contra el pensamiento de que Dios es soberano, y le da al
hombre autoridad sobre las circunstancias.
Para
entender el discurso sobre el amor de Juan, hay que tener muy claro, la razón
por la cual exhorta al amor: La persecución. Lo que en realidad Juan hace, es
recordar las enseñanzas de Jesús de amar a nuestros enemigos. Amarlos en el
sentido de que no les hagamos daño, tomemos venganza y si tuviéramos la
oportunidad de ayudar a alguno en un momento de necesidad, lo hagamos. La base
del amor es una de entendimiento, una de misericordia, y no como muchos
pretenden un derecho de los demás. El amor es un deber de cada cristiano, el
amor es un sentimiento que nace del conocimiento de quien es Dios, quienes
somos nosotros en Dios y el futuro de quienes le rechazan.
Así que
cuando te ofendan, te traicionen, le persigan, te humillen, te ocasionen algún
mal, recuerda que Dios es mayor que todos y toda circunstancia. Quiero decir
que El no solo permite que pases por esos momentos para que te perfecciones,
sino que Él no te ha dejado solo, Él tiene el control, aunque pareciera a tus
sentidos naturales que estas solo.
Los
elegidos de Dios, sabemos que Él nos salvó no por nuestras obras, sino por su
amor y su justicia, pero sobre todo en ejercicio de su Soberanía. Mientras un
mundo religioso lleno de su propia justicia y obras rechaza la idea de un Dios Soberano, el Creador sigue
teniendo control de todo, endureciendo a unos y fortaleciendo a sus hijos, pero
siendo arquitecto de todos los caminos de los hombres.